sábado, 15 de mayo de 2010

ADELGAZAN LOS SALARIOS.

Dado que en este Blog se trata de cuestiones relativas a la pérdida de peso y del adelgazamiento, y dado también que nuestro querido presidente Zapatero, ha decidido adelgazar nuestras nóminas y conseguir que perdamos peso de ese modo no puedo por menos de escribir estas líneas que me ha hecho llegar un amigo.

A TODOS LOS FUNCIONARIOS Y EMPLEADOS PÚBLICOS:

En 1956, Dolores Medio escribió “Funcionario público”, novela desgarrada donde se narran las penurias de Pablo Marín, funcionario atado a un sueldo mísero que malvivía en un cuartucho junto a su mujer. Tras las décadas siguientes de desarrollo, la figura del empleado público casi indigente, trasunto del novelón galdosiano, fue poco a poco hundiéndose en el olvido.

Pero en los últimos días se ha babeado de placer ante los ecos de una posible congelación salarial a los funcionarios.
Sin embargo, nada sería más injusto que pasar la factura de la crisis a este colectivo. Así, en los momentos de hervor económico y ladrillazo, un encofrador podía duplicar el sueldo de un Técnico Superior de la Administración , y para conseguir que un albañil viniera a casa había, poco menos, que apuntarse en una lista de espera y cruzar los dedos.
Mientras los funcionarios perdían poder adquisitivo y realizaban malabarismos contables con el sueldo, miles de paletos de eructo, puti club y caspa montaban una constructora y juntaban billetes de quinientos euros como cromos. Legiones de jóvenes abandonaban los estudios y dejaban sus libros escolares criando polvo mientras se pavoneaban en coches refulgentes… ¿los funcionarios? Unos “pringaos, hombre, unos “pringaos”… ¿para qué estudiar?, ¿para qué invertir?, ¿para qué innovar?... “España va bien”.
Y mientras tantos celebraban sus ganancias entre cubatas, risas, rayas de coca y “España va bien”, miles de hombres y mujeres habían inmolado sus mejores años junto a una taza de café cargado, un flexo y un temario de oposiciones. Con los codos clavados en una mesa, viendo la vida desfilar a través del claroscuro de un ventanal, a la espera del momento crucial y temible de los exámenes.
Pues bien, ahora resulta que, los efectos de aquellos excesos han de pagarlos los “privilegiados funcionarios”, precisamente el colectivo que apenas se benefició del auge económico y que, por supuesto, no provocó la crisis. Según ese planteamiento no pidamos cuenta a las entidades bancarias que prestaron dinero sin las debidas garantías.
No pensemos que las ganancias obscenas de la especulación acabaron en paraísos fiscales. No indaguemos en ayuntamientos y comunidades que dilapidaron millones encargando obras absurdas que enriquecieron a empresarios. No, no… todo esto que lo paguen los funcionarios.
Sí, los funcionarios, aquellos “pringaos” durante los años del falso esplendor económico.
Sí, el juez que sacrificó como poco cinco años en una oposición terrorífica (aparte de los cinco de carrera) para ganar menos que muchos fontaneros. Sí, los miles de opositores que hubieron de recurrir al Lexatín, el policía que se juega la vida por mil quinientos euros mensuales, el auxiliar que no gana más de novecientos… ¡resulta que estos han de pagar la crisis y son unos “privilegiados”!

3 comentarios:

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  2. Hola José Pedro:
    Aunque no soy funcionario (tampoco paleto de eructo, puticlub y caspa) comparto en mucho tu opinión... aunque tiene sus matices... tu jubilación está garantizada en tu puesto de trabajo... yo vivo sujeto a cambios "externos" imprevistos y también soy casi mileurista...
    La "garantía de permanencia" es un bien que debe valorarse muchísimo.
    Y a la larga, la "crisis" la pagaremos todos los currantes, ya verás.
    Un saludo.

    Nota: Perdón, eliminé el intento de la entrada anterior por una falta de ortografía que no soporto.

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  3. Evidentemente Miguel, uno puede ser funcionario en la función pública, o casi funcionario en una empresa privada con la precariedad añadida del empleo, pero lo cierto es que la época de bonanza nunca llega para los empleados públicos, y sin embargo cuando vienen tiempos difíciles el Sr. Zapatero no ha tardado en acordarse de nosotros.

    Por supuesto que valoro la garantía de permanencia, antes de ser funcionario, trabajé mucho tiempo para empresas privadas, pero lo cierto es que cambié mi mayor sueldo por la seguridad a través de varias oposiciones en igualdad con un montón de competidores.
    Ya que nunca me haré rico, al menos que no me toquen el sueldo.

    O añado más; que me quiten no el 5 %, sino el 20% sie es necesario, pero entonces que no haya todos los gastos públicos que está habiendo, que no se subvencione a los homosexuales de Zimbawe, que no existan tres administraciones que se solapan competencias, que no exista un sistema bicameral, en el que el senado no sirve de nada, que no haya 600 asesores en la Moncloa, que no se pague ni un duro a unos sindicatos vendidos y plagados de liberados a cuenta del erario público, que no salga de mi casa y vea como se rompen aceras nuevas para volverlas a hacer bajo el manto protector de algún plan "E", es decir, patriota sí, pero gilipollas no.

    Un saludo

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